En el año 218 a.C. los romanos llegaron a la Península Ibérica y comenzaron su conquista. Los pueblos que vivían en ella se opusieron a la invasión. Los romanos conquistaron toda la península y la dividieron en cinco provincias:
Los romanos fundaron ciudades nuevas y engrandecieron otras que ya existían. Además, los habitantes de la Península se romanizaron, es decir, aprendieron latín, adoptaron las leyes, la religión y las costumbres de los romanos.
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